25 feb 2011

A ti que no regresaste...


Lo que más me duele es que aún así no puedo olvidarte.
Y gracias a muchas cosas que provocaste, y que sigues provocando dentro y fuera de mi, no me quedó más remedio que comprender las dos salidas que tengo:
Una, que la puerta quedará abierta, hasta mañana, hasta que tu decidas cerrarla, hasta que ya no importe que vuelvas a entrar por ella.
Otra, que necesito superarlo, tal vez esperar a que el dolor cierre la puerta, lo que no necesariamente tiene que ser olvidar lo que vivimos. No olvido el sabor de todos los chocolates dulces por uno amargo. Como decía, necesito superar lo que nos pasó, y para eso necesito dar un paso hacia el frente y hacer lo único que no me he permitido en todo este tiempo.

1 comentario:

  1. No es cuestión de amarse, mucho menos de entenderse, tampoco de enamorarse. Los amantes siempre vuelven, tarde que temprano... deja la puerta abierta.

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